
La semana pasada vino un hombre ya jubilado para alquilarnos una plaza de garaje. Le comentamos que era un tanto difícil dicha plaza y le instamos a dejarle las llaves para que lo probase antes de alquilarlo. Un tanto ofendido nos dijo que llevaba los suficientes años conduciendo como para no tener problemas en aparcar ahí, con lo cual, se firmó un contrato anual.
Ayer regresó para informarnos que deseaba anular dicho contrato pues era imposible el estacionamiento en la susodicha plaza.
Hablamos con la propietaria (toda una señora), la cual aceptó a rescindir el contrato sin cobrarle todo el año, sino solo el medio mes que ya había abonado (45€). También hablamos con el encargado del garaje (un inspector de policía prejubilado), que se ofreció amablemente a mostrar al hombre el truco para poder estacionar el vehículo sin problemas.
Ha vuelto hoy.
Cuando le comentamos el ofrecimiento del portero, gritaba: “¿Me estáis diciendo que un miserable portero va a dar lecciones a un ingeniero como yo? ¿Un portero? ¡Faltaría más que yo me relacionase con ese tipo de gente! ¡Por suerte en este país todavía hay gente que sabe distinguir las clases! ¡Un portero…!
Cuando le comentamos que la propietaria había tenido la amabilidad de solo cobrarle medio mes, gritaba: “¿La amabilidad? ¿Con quien cree esa que está tratando? Esa no es una señora, es una hija de puta y se verá conmigo en los tribunales”
Cuando le comentamos que SI era una señora y que el estaba demostrando no ser un caballero, insultando a quien no conoce y gritando a unas profesionales que simplemente habían hecho su trabajo y gratis, gritaba: “Pues con un poco de suerte y si me apetece os mandaré un ramo de flores y a esa señora un ciprés para que le plante en su tumba”
Y se fue por donde había venido con su pulsera de la banderita de España y su bigote de Hitler.
2 comentarios:
Sin palabras. Hay voces que ya lo gritan todo y acciones que describen a la perfección.
Vosotras, unas señoras ;))
Estos nacionalistas... ;))))
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