
Ayer, en mis anocheceres, me dejé atrapar por una película de la Callas. Mas bien una versión apócrifa de su vida a los 52 años confesados por ella y la voz de sus 25.
Cantando la habanera... y terminando muy a lo americano, con un empacho de conciencia y honorabilidad ante el ser o no ser.
Pero dentro del film dejaron traspasar aires de su temperamento. Miradas de lujuria y desprecio bien logradas. Ansias y ganas de no ganas, porque no se quedo con ellas , mas bien mostro todo lo que quiso y algo mas…
Al final me dormí entre el amanecer y toreador toreador de Bisset (nunca entendí por qué un francés robo el alma española y la plasmo de esa forma tan fantástica. Goya aun debe de estar revolcándose en su tumba).
Y volví a amar a Zorba el griego, que me enseño el camino, su camino para celebrar la muerte, su sentir. Ahí aprendí mucho de los sentires.
En fin, resaca de amaneceres...
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