Para mayor facilidad

08 septiembre 2008

-134-

En algunas ocasiones es mejor permanecer en la ignorancia.
Así que, no quiero preguntarme el por qué de esta alegría repentina.
Sólo sé que huele a mar, mientras la tristeza sólo me huele a charco.
Es una alegría repleta de verdes y naranjas.
Contundente, como la tristeza que de vez en cuando me inunda.
Pero la alegría no pesa, así que, descanso los hombros, y es tan ligera que me hace andar constantemente a dos palmos del suelo.
No sé de parte de qué ojos viene, pero no quiero pensarlo.
No sé si estas sonrisas tienen caducidad o serán perpetuas.
No sé si afecta al contoneo de mis caderas al andar, o si se me nota en la cara, y de repente los ojos se me han vuelto grandes e intensos.
No sé de dónde viene, me da igual, lo importante es que está.
Y no sé si eres tú, si soy yo, o si es el mundo, que empieza a girar a favor del viento.

No hay comentarios: