Y es que siendo honestos,
no solo un par de libros me debes.
Está también un verano y dos inviernos.
Y mil trescientas palabras de consuelo.
Unas cuantas botellas de oporto.
Tres litros de lágrimas.
Más de cien "buenos días" y el doble de "buenas noches".
Un choque frontal y unos cuantos traspiés.
Me debes una reparación tuya (y unas cuantas mías) .
Viajes por valor de un mundo.
Cincuenta Euros de música celta.
Y cien madrugadas escuchando el silencio.
Unos cuantos blogs.
Una parálisis mental.
Una muerte temporal y varias decisiones mal tomadas.
También unas botas para escalar (hacia ti).
Treinta tardes de lluvia.
Una llamada a tiempo.
Algunos paseos a la luz de la luna.
Más de un "Gracias".
Muchas frases no dichas...
Y aunque no lo creas, te pongo a cero la cuenta.
De lo contrario la lista será tan grande que ni yo podré pagarla.
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