Para mayor facilidad

05 septiembre 2008

-132-

Me cuestiono hasta que punto es certero el refrán “Por la caridad entra la peste”.
Al francés adoptado (ver blog 130), no se le ocurrió otra cosa ayer, que pasear con su nueva moto por la plaza del ayuntamiento, con lo cual, a los 5 segundos estaba rodeado de policías pistola en mano.
Al solicitarle la documentación, el resultado fue que la moto estaba dada de baja y su permiso de conducir no estaba en regla.
Resultado: multa de 600€ (de los cuales no dispone en estos momentos) y la moto en el deposito de vehículos sin opción a un rescate inmediato.
Intentando resolver el entuerto (ya que el buen mozo no habla español), una de las posibilidades era que un español se hiciese responsable de sus multas.
Y ahí es donde se genera el dilema moral. ¿Es licito hacerse cargo de las multas de una persona a la que has conocido hace una semana, que pretende irse en moto a Japón, y que solo cuentas con su palabra de que serán abonadas?
Esta mañana, mientras íbamos de la jefatura de tráfico a extranjería, se le ocurrió comentarme:-“Eme, parece que en vez de comprar una moto en la CEE, la he comprado en Bolivia”, a lo que yo le respondí:- “Si, eso ha debido pasar Sebastien. Que pensabas que estabas en Bolivia y por eso te metiste con la moto en plena plaza del ayuntamiento”

Conclusión: voy a prohibir a P volver a hablar en el autobús con alguien.

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