Para mayor facilidad

02 julio 2008

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Hoy me han sacado de mis casillas. ¿La causante?
La Propietaria de un piso indecente, sin habitar hace 30 años, en una mala zona de la ciudad y residente en Madrid.
El Contrato de autorización de venta fue como una mala pesadilla. Modificado unas 7 veces, cada una de ellas mandado por fax a la librería de enfrente de su casa. Una vez efectuado, llamada a la vieja para decirla que había llegado y ella bajar a la librería. Cada modificación debía ser revisada por su hijo abogado (el cual no se si se dedicará a defender asesinos o quitar multas de tráfico, pero de leyes sobre bienes inmuebles npi). Pero ni tan mal. Después de 20 fax mandados y revisados por el cum lauden en abogacía, el contrato fue firmado y las llaves entregadas por una amiga en nuestra oficina.
Esta mañana se realizó una visita a la vivienda con una posible compradora. Una mujer ya mayor, a la cual, en pleno recorrido, la entró un apretón urgente(incontinencia del esfínter) e hizo uso del wc (que dicho sea de paso, el de cualquier bar de mala muerte a las 5 de la mañana está en mejores condiciones).
Problema….no había agua en la vivienda y la masa obtenida del apretón era de considerable tamaño y aroma. Así que, mi comercial, cargadita de paciencia y lamentándose de no tener unas buenas pinzas para la nariz, pidió ayuda a la vecina, y entre ambas, a base de cubos de agua, consiguieron deshacerse de tremenda cagada.
El caso es que se recibe una llamada de la propietaria queriendo hablar con la gerente de la empresa. La mujer, indignadísima y con un tono tremendamente elevado, me informa que nos retira el piso de la venta. Mi falta de respeto y falta de profesionalidad al tener una empleada que ha violado su intimidad al permitir usar su wc a una perfecta desconocida, es imperdonable. Así que, educadamente, respondo:
-“Tiene ud toda la razón. Deberíamos haberla dejado cagarse en su puerta”

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