Colores tan vivos no se sueñan y después he observado siempre que de un sueño no se recuerdan los detalles inútiles.
Pero esas amapolas no servían para nada y aparecían sobre el montículo, dentro de la ventana, como una cosa verdadera.
Es más, recuerdo que pensaba: "Si todo esto fuera un sueño, aparecería alguien en medio de las amapolas, ocurriría algo, porque todo en los sueños tiene un significado."
En cambio, de tanto en tanto, cuando lograba espiar fuera de la ventana, comprendía que nada podía ocurrir allí y encontraba, justamente en la hierba y en las cosas un sentido inquebrantable de fe.
Era eso, más bien, lo que me hacía sonreír.
Cesare Pavese
2 comentarios:
Hola M.
He aterrizado por casualidad aquí .... cielos, cómo somos, con mil "patas" en todas partes, ... tus blogs siempre son una delicia, para la vista y para el coco
Puede que las cosas tengan un sentido que no acertamos a comprender.
La condición es tener unas amapolas "a mano", por ejemplo. Si no, es difícil.
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