-Algo no me cuadra, dijo él. Y ella le puso esa mirada que
el aún no sabía interpretar.
Se levantó y rodeó la habitación fumándose un cigarro,
intentando continuar con la escena que se había inventado en la cabeza y
esperando que fluyera con naturalidad, sin percatarse de que nunca recibiría
las respuestas que le encaminaban a decir lo que pretendía.
-¿Por qué si quieres decir algo del tiempo no lo dices y
punto? , increpó ella.
El la miró alzando las cejas y plisando sus frente.
-Si quiero saber tu opinión, aclaró sonriendo.
-No es algo en lo que piense, contestó ella siguiéndole con
los ojos. -¿Por qué? , preguntó él, sentándose a su lado.
-¿Qué pregunta es esa?, ¿estás cambiando el tema de forma
deliberada?
-No, tonto, ¿te gustan? repitió ella. -Supongamos que si, dijo él.
-Todos lo hacemos consciente o inconscientemente, cuando hay
sentimientos, contestó ella torciendo la boca.-Tú lo tienes, supongo que yo
también, y es lindo ser la golosina de mora de alguien, pero quien sabe lo que
durará su sabor.
-¿Pero ahora no importa, no? preguntó él, recostando la
cabeza sobre su hombro. -No , dijo ella, - y a eso es a lo que quería llegar.
1 comentario:
A mi me gustan de fresa y aún habiendo un montón.... no suelo encontrarlas
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