
los pantalones se me caen y me quedo desnuda.
De repente... me quedo sin palabras,
se me escapan por las grietas y emprenden la huída
mientras yo intento cazarlas a manotazos
(las manos sí que me responden)
De repente... escribo sin ton ni son
(y yo que creía que las manos sí que me respondían)
ya ves.
De repente... me sorprendo yo misma
De repente... salto en todos los charcos
y lo curioso es que ni si quiera los veo,
debo distinguirlos por el olor.
Quizá es que de repente... todo me huele a agua.
De repente... me crezco y me creo un superhéroe
siempre dispuesto a pasar a la acción,
pero por más que miro, no me encuentro los poros
por donde debería salir la tela de araña.
Y si me visto con capa, me pego un batacazo contra el suelo.
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