Para mayor facilidad

10 noviembre 2009

-371-

Las gaviotas jugaban
con la basura en el puerto.
Quizá buscaran algo para comer.
Yo caminaba,
hacía equilibrios entre adoquines,
equilibrios intentando ajustarme
a lo estrictamente necesario.
Podría haber estallado por dentro,
como las olas contra el embarcadero.
Podría haber tomado la determinación
de lanzarme al abismo
con mi abrigo de lana
como paracaídas,
pero finalmente me sujeté
al ancla oxidada
que supone el día de hoy.

2 comentarios:

xenevra dijo...

Porque sólo el óxido sabe de la verdadera esencia del hierro; sólo él ha esperado pacientemente, unas veces alegre y otras menos, a que llegara el momento de abrazarlo con toda la fuerza del universo.
Las gaviotas no se oxidan...

Rgp dijo...

Tal vez porque comprendiste que siempre es mejor volar con el espíritu libre a dejarse llevar por el peso ... de un abrigo de lana.