
Fue cuando pedaleaba camino a casa por el paseo de la playa.
Un dúo de violines interpretaba una pieza clásica
en honor a los cuatro transeúntes que caían por ahí.
Más adelante otro músico tocaba el saxo.
Le había visto al mediodía.
Tenía coche nuevo, pero la sonrisa de siempre.
Anoche se acordó de que solía escribirle cuentos desnudos mientras sonaba esa música.
De que solía desnudarse por dentro.
Y de que lo único que supo mostrarle fue su inocencia.
4 comentarios:
Lo único?? Sí, quizás fuese lo único, pero es un único tan enorme que casi abarca todo.
¿Hay algo más atrayente que una persona con su inocencia desnuda ante nuestros ojos?
Besos.
Si es que no se puede ir por la vida enseñando tanto...
Por cierto, me has sugerido algo. Disparatado. Salido de madre, vaya. Irrenunciable, pues. ;))
Publicar un comentario