Para mayor facilidad

29 septiembre 2009

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Cuando se despertó una mañana de su inquieto sueño, se encontró en la cama, con su aspecto habitual de todos los amaneceres forzosos. Estaba acostada sobre su espalda y, si levantaba un poco la cabeza, veía su vientre. "¿Tengo algo de barriga, o es simplemente que en alguna parte hay que meter los intestinos y otras vísceras que van creciendo por motivos ajenos a mi voluntad?" La sábana estaba en trance de deslizarse al suelo. Lo evitó con sus piernas y se levantó. "¿Por qué todas las mañanas me dará por pensar lo mismo?"

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