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Y es que, deberíamos pensar antes de actuar (yo sobre todo), y no tener esa costumbre de hacer todo a lo loco.

Ayer decidí enviar el consabido mensaje navideño vía SMS, que tanto se ha impuesto en nuestra sociedad actual. Muy escueto:” Felices fiestas. Besos”.

Doy a la opción “enviar a…” y aparece la agenda de contactos. ¿Por quien empiezo? Dios…esto me va a llevar mucho tiempo. Y descubro, por iluminación divina, la opción “Enviar a todos los contactos” Uff! Estupendo, que teléfono más práctico.

Que poco sabía yo la tarde que me iba a dar tal estupenda idea.

SMS: “Pues muchas gracias, pero… ¿Quién eres? Miro el contacto: Técnico de la lavadora Genial. ¿Qué le contesto? Mira, soy un cliente muy agradecido. La lavadora lava tan bien que quería desearte lo mejor este año que comienza.

SMS: Me ha sorprendido tu felicitación eme. Y más teniendo en cuenta que hace un año que me mandaste a la mierda. ¿Qué es de tu vida? Estupendo. ¿Qué contesto? Solo quería desearte que la mierda este nuevo año sea más placentera.

Como comprenderéis, a estas alturas ya estaba revisando a quien había felicitado: A mi ex -jefa (con la que estoy en juicio por no haberme pagado), a mi ex suegra, a mi abogado, a la peluquera, al banco, al taller del coche…… ¡Menudo lío!

Los SMS continúan:”supongo que querías felicitar a Pilar, ¿no? Vaya, que SMS más raro:” Si”, contesto. SMS: Pues si la ves la dices que estoy hasta el gorro de recibir llamadas preguntando por ella. Los de movistar son la ostia bla, bla, bla…. Respondo: “Lo siento. De todas formas, seas quien seas, felices fiestas” SMS: Muy amable. Yo soy Javier. ¿Cuál es tu nombre? Lo que me faltaba….

En fin, creo que el próximo año esperaré a ser felicitada….