
Bailemos la canción que nunca habíamos pensado.
Manos a veces juntas, ojos a veces cerrados.
Dos centímetros de distancia, a veces uno, a veces nada.
¿Es el baile al que me invitas? ¿Ésta canción tendrá fin?
¿Qué pasa si deseo quedarme, así, inmiscuida en ti?
Bailemos, no hables, siente la música solamente.
El futuro nadie lo sabe.
Es mejor no hablar.
Bailemos como nunca, sí, casi expertos...
Tu mano suavemente puesta en mi cadera, me provocaba inestabilidad.
Después de tanto tiempo me invitas a bailar y me sorprende.
No podría negarme aunque el curso intensivo nos desgaste en estos minutos.
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