Para mayor facilidad

16 agosto 2008

Sonia

Como un cuadro abstracto.
Había pastel en todas partes.
Y Sonia lloraba en una esquina, sentada, con la resignación que poco a poco la habían dado los años, con la tristeza que no la consumía ya, pues ya no quedaba nada que consumir.

Ni tan siquiera las velas que caían lentamente por una de las paredes.
Era su cumpleaños. Y tú no te acordaste.
Eso no era lo peor, eso no era lo triste. Lo triste era que sabía que en algún momento, días después la dirías que si lo recordaste, pero hubo mil cosas fuera de ti que te impidieron darla un segundo de tu tiempo, de tu consideración.
Mentiras.Mentiras que ella sabía que eran mentiras.
Mentiras que ella sabía que sin embargo, y como siempre, te iba a creer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mentiras necesarias, mentiras por consumir, mentiras que ocultan disculpas, mentiras para vivir. Porque el tiempo no es objetivo ni tiene para todos la misma duración. Algunas veces nuestras verdades se disfrazan de mentiras para no hacerle ver a la persona que queremos que su verdad no es lo tanto.