Para mayor facilidad

23 junio 2008

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Relegamos en la memoria el placer de los actos sencillos.
Como el estar, un día caluroso de verano, echados sobre una manta vieja, en mitad del campo, bajo una encina, viendo pasar las escasas nubes blancas entre sus ramas.
Alimento para el alma.
Y dejar que las horas transcurran lentamente, sin prisas.
Subirte a un árbol y volver a tener diez años.
Ver replegarse a las hormigas después de una dura jornada laboral con los restos de tu banquete campestre.
Comenzar a sentir el frescor que trae consigo el atardecer, y junto con el, los sonidos de la noche que llega poco a poco
…y no querer regresar.

1 comentario:

Xocas dijo...

Cuanto más tiempo pasa más claro tenemos qué cosas con las importantes.
Y más claro va quedando que nos pasamos la mayoría del tiempo con las otras.
Porca miseria !!

Eps !! Vale que te saltes las colas. Que te subas a los árboles no es prudente aún.

Bicos!