Me he encontrado con un antiguo compañero de colegio y correrías varias.Hasta hace unos años, pertenecíamos al mismo grupo de amigos los cuales formábamos un círculo bastante cerrado.
En un momento dado, me preguntó que había sido de mi y el porqué de el distanciamiento, que ha acabado convirtiéndose en poco más que alguna presencia en algún cumpleaños.
Intenté explicar mi ausencia.
Suele suceder. A veces, la vida da un giro brusco, a veces conscientemente, a veces sin apenas percatarte. Y tu escala de valores, tus intereses e inquietudes cambian, y comienzas a encontrarte más cómoda con otras personas que van incorporándose a tu vida y alejándote de otras que de pronto ves no tienes mucho ya en común.
Quizá ese “reciclaje” debe existir. Quizá debas ir vaciando tu mochila de cosas que de pronto pesan demasiado, para dejar hueco a lo que vas recogiendo por el camino.
-“Quiero contarte algo” Me dijo. Y nos fuimos a tomar un café.
Se había separado hacía un tiempo. El y su mujer eran el matrimonio modelo(al menos aparentemente para todos los que les conocíamos). Ambos con carreras brillantes, profesionales de éxito, dos hijos encantadores…Hasta que el decidió separarse y casarse con la niñera de sus hijos. Una mujer de pueblo, sin estudios y aparentemente bastante anodina.
Me comentaba que nadie de nuestros supuestos amigos antaño en común, había entendido tal decisión.
-“No es fácil asimilar cuando un matrimonio, ambos amigos, se separa”, contesté.
Entonces se echó a reír y me dijo: - “Venga eme, ya sabes que no van por ahí los tiros”
Por supuesto que lo sabía, pero quería oírselo decir.
Porque el problema no era de quien se había separado, sino con quién se había juntado.
Quien sabe, quizá ahora volvamos a estar en el mismo círculo….
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