
Para no aferrarme a remilgos que quisiera fueran abolidos de mi vida.
Y pinto de colores los sobres.
Y el remitente es un enigma.
Y espero siempre una respuesta para sentirme querida,
porque a veces me hace falta.
Mensajes que llevarán papales envolviendo una piedra.
Mensajes de cariño que rompieran el cristal de tu cuarto.
Quien pudiese ingerir una pócima mágica y convertir en realidad todos mis sueños…
Cartas que me dijeses cosas bonitas, como que vendrás a mi si me encuentras en la madrugada bajo tu ventana.
Que corriéramos campo a través de los fulgores del alma.
Chispas blancas sobre el rojo violento… y que hiciésemos cabañas en los árboles.
2 comentarios:
Tú silba y yo voy. A veces, si lo que leo me gusta mucho, no sé como hacer saber que me llega, que vivo esas sensaciones.
Un beso de trasgu.
Un beso, niña.
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