
Sentados en la mesa:
Comprador – Mi ex marido y su asesor como acompañante.
Vendedores- Un matrimonio de avanzada edad.
Representante de la inmobiliaria- Yo.
Notaria
(Y por supuesto, ni los vendedores ni la notaria son conocedores de la relación que tenemos el comprador y yo)
La notaria comienza a leer la cesión de derechos que se va a firmar. Al llegar al nombre y DNI de mi ex, le pregunta:
-¿Estado civil?
Se queda unos segundos meditativo y dirigiéndose a mí me dice:
- ¿Qué estado civil tengo m?
En esto, todas las caras se vuelven hacia mi persona (no es muy lógico que un cliente pregunte a la representante inmobiliaria su estado civil)
-Separado. Contesto.
Entonces el, dirigiéndose a la notaria la confirma:
- Separado de ella.
La notaria muy digna, le comenta que debe aportar las capitulaciones matrimoniales para la firma de la escritura definitiva. Y ahí comienza el dialogo de besugos:
- ¿Qué es eso m?
-El documento que firmamos de separación.
- Yo eso no lo tengo.
- Lo tienes que tener J.
-Pues no lo he visto en la vida.
-Pues no lo habrás ido a recoger al notario.
- ¿Y en que notario nos separamos?
- No lo recuerdo J.
- Bueno, pues me dejas las tuyas.
Y dirigiéndose a la notaria la pregunta:
- ¿Me sirven las de ella? Serán iguales, digo yo…
La notaria, con cara de alucinada, le comenta que sería conveniente que las tuviese, a lo que el, continua:
- No creo que compre muchas más casas, y sino pues se las pido otra vez a m.
Cuando por fin logramos firmar la cesión de derechos, toca reunirse con la representante de la promotora. Mientras ultimamos detalles, el la comenta que desea quitar el bidet del baño.
-¿Y porque quieres quitar el bidet? Le pregunto.
-Porque yo no le uso.
-Pues mis hijas si lo usan.
-Pues que tus hijas sean menos guarrillas y se duche.
En eso, mira a la chica de la promotora. Su cara era digna de una fotografía. Me echo a reír y cogiéndola del brazo la digo:
- Tranquila….es mi ex.
- ¿Y en que notario nos separamos?
- No lo recuerdo J.
- Bueno, pues me dejas las tuyas.
Y dirigiéndose a la notaria la pregunta:
- ¿Me sirven las de ella? Serán iguales, digo yo…
La notaria, con cara de alucinada, le comenta que sería conveniente que las tuviese, a lo que el, continua:
- No creo que compre muchas más casas, y sino pues se las pido otra vez a m.
Cuando por fin logramos firmar la cesión de derechos, toca reunirse con la representante de la promotora. Mientras ultimamos detalles, el la comenta que desea quitar el bidet del baño.
-¿Y porque quieres quitar el bidet? Le pregunto.
-Porque yo no le uso.
-Pues mis hijas si lo usan.
-Pues que tus hijas sean menos guarrillas y se duche.
En eso, mira a la chica de la promotora. Su cara era digna de una fotografía. Me echo a reír y cogiéndola del brazo la digo:
- Tranquila….es mi ex.
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