-9-
Hoy he ido al supermercado, la nevera agonizaba peligrosamente por falta de alimentos. Mientras estaba en la charcutería hablaba con la dependienta, a la que conozco de atenderme hará ya la friolera de unos diez años. Hacía mucho que no coincidíamos. Me preguntó por mis hijas, mi perro, que a la mayor lo mismo si la ve ya no la conocía… Entonces la comente: - “Ves la vida pasar al otro lado de un mostrador” Me respondió: - “Si. Te recuerdo hace unos cuantos años con tus niñas pequeñas. Venías siempre a comprar al mediodía, supongo que cuando las recogías del colegio. Y a veces se juntaba contigo tu marido (digo tu marido porque las niñas le llamaban papa) Empezaron a venir ellas solas a por recados algunas veces (ya las considerabas lo suficientemente mayores). Después siempre venías sola, a horarios límites, sin hablar, con mala cara. Y en una temporada desapareciste. Luego te veía los fines de semana, ya sin tus hijas y haciendo a veces la compra con un hombre (que por cierto estaba bastante bueno)… y te volví a perder la pista… Según venía a casa con la compra no salía de mi asombro. Yo ignoro totalmente la vida de la charcutera, ni tan siquiera se su nombre. En cambio ella… ¿Cuántas vidas pasan por su mostrador mostrándola sus alegrías y sus miserias mientras le piden 150 gramos de jamón?
No hay comentarios:
Publicar un comentario