-67-
Podría contarte que soy la persona más alegre del mundo, la más risueña, la más feliz. Decirte que nunca me enfado, y que nunca tengo un mal día. Contarte que razono absolutamente todos mis actos antes de actuar. Intentar que me creyeras cuando te diga que debajo de este envoltorio de carne, existe un corazón enorme dispuesto a entregarse sin recelos, dispuesto a poner la otra mejilla cuando recibe un golpe. Asegurarte que mi pelo no se enreda y que siempre tengo la palabra justa para cada momento. Confirmarte que nunca me equivoco, que tengo todo absolutamente planeado y estudiado y que estos cuarenta años han servido para descubrir quién soy, y que sé exactamente lo que quiero. Tal vez me creerías si te dijera que nunca dudo o que mis manos nunca tiemblan ante lo que pueda pasar, que nunca me he emborrachado por amor, ni siquiera por desamor, y quedarme tan ancha al decirte que no sé lo que es eso. Podría decirte que tengo un halo de atracción especial, y que nadie se resiste a el… Pero, entonces, no te contaría cómo soy. En realidad, mi pelo y mi lengua se enredan, tengo miedo de volver a sufrir, y a veces me enfado, a veces las lágrimas no dejan que aparezca mi sonrisa. Mi halo de atracción hace ya tiempo que no le uso, y mi corazón huye cuando presiente el golpe...
No hay comentarios:
Publicar un comentario