Para mayor facilidad

09 mayo 2008

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He estado comiendo con dos amigas con las cuales almuerzo al menos una vez al mes, es ya un ritual. Las tres nos conocemos desde hace unos años cuando coincidimos en la misma empresa trabajando. Ellas dos aún siguen juntas.
He notado cierta tensión subterránea y encubierta con sonrisas.
Hace unas semanas que ambas están al mismo nivel (laboralmente hablando), y la recién ascendida está ganando terreno (por lo que he podido deducir).
Mirándolas a las dos, amigas de de ya tanto tiempo, veía un futuro no muy lejano en el que tendría que empezar a reunirme para comer por separado.
Según venía hacia la oficina con una de ellas(a mi velocidad crucero), comenzó: ¿Te has dado cuenta de este comentario? ¿Has visto que...? No creo que pase de mañana el recibir una llamada telefónica de la parte contratante de la segunda parte con la misma cantinela.
Y yo me pregunto: ¿Son realmente amigas? ¿Y si llego a ser yo una de las partes afectadas?
Hay cosas en la vida más corrosivas que un acido... o las hacemos corrosivas nosotros.

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