Bastante molesto y agotado de trabajar tantas horas sin sueldo alguno , el senor K decidió tomar una solución definitiva, y tras abandonar el lugar donde pasaba tanto tiempo no remunerado, lo roció con gasolina y lo prendió fuego.
Mientras el local era completamente abrasado, y el señor K permanecía embelesado con las llamas,el comerciante de la otra acera le trataba de explicar que, siendo el señor K el dueño del negocio,era normal que no cobrara sueldo y trabajase a destajo.
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