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Me encontraba yo el otro día compartiendo habitación de hotel con una amiga. Ella ya dormía y yo, como es habitual, me sumergía en la "Nubosidad variable" de Martín Gaite, intentando que Morfeo se dignase a aparecer (el muy crápula me abandonó hace tiempo sin explicación alguna). 
En esto, un sonido extraño procedente de la otra cama llega a mis oídos. Pronuncio el nombre de mi amiga y no obtengo respuesta, así que continúo leyendo hasta que otro sonido, esta vez no tan extraño y más reconocible, vuelve a salir de su garganta. 
Me levanto, me acerco a su cama y...totalmente dormida. Los ruidos continúan. Desde luego, y a tenor de los sonidos, el sueño es, o extremadamente placentero, o ella muy expresiva, o su partener un hombre muy entregado. 
¿Qué hacer? Por un lado me siento una autentica vouyeur auditiva y pienso que es mejor despertarla, pero me da pena, se lo está pasando tan bien...no quiero ser yo la responsable de un" interruptus". 
Por otro lado opino que es mejor dejar que siga disfrutando, aunque parece que no va a ser un "aquí te pillo, aquí te mato" y el volumen comienza a elevarse. 
Quizá la decisión debería haberla tomado en función del recuerdo. Si la despertaba al momento, se que el sueño sería recordado. Si la dejaba dormir, era muy probable que por la mañana se hubiese borrado de su mente. 
No tuve que decidir que hacer ya que, mientras yo me debatía, el sueño llegó a su fin y, a juzgar por la banda sonora, con un tremendo éxito. 

A la mañana siguiente, y como ya suponía, ella no recordaba nada... 

¿Qué otra vida viviremos mientras dormimos de la que no somos conscientes? 
¿Le podré pedir prestado a su amante onírico para mañana por la noche?