
Hoy, de regreso a casa, me tocó aposentarme en el último vagón del tren, con lo cual, tuve que recorrerlo entero en pos de una coca cola en la cafetería del mismo para saciar mi sed.
Solo dos o tres personas libro en mano, rodeadas de portátiles, notebooks, e-books, ipods , mp4, consolas y demás artilugios dedicados al entretenimiento en un viaje largo.
Algo está cambiando irremisiblemente...
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