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Hoy he comido sola en un centro comercial.
Desayunar sola me gusta. Es más, cuando me encuentro a alguien a la hora del desayuno me molesta, es un tiempo dedicado a mi y a la prensa (y antiguamente al cigarrito de rigor para luego ir al wc). Todo un ritual.
Pero comer sola no, me deprime (dentro de lo que puede deprimir a uno el comer solo, tampoco exageremos...).
El caso es que, sin nada mejor que hacer y nadie con quien conversar, me dediqué a observar a la flora y fauna del lugar. Se podría decir que el 50% carecíamos de compañía (¡Bien! no soy la única que está sola en el mundo frente a un plato de comida). Podrían hacer espacios en los restaurantes con un cartelito anunciando "reservado para comensales solitario-depresivos", seguramente acabarían fraguándose buenas amistades, incluso parejas, al igual que ocurre con los fumadores como yo, que menudas tertulias más amenas se forman bajo las estufas de terraza cigarro en mano...
Pero a lo que voy,una buena parte de esos "solitarios" estaba libro en mano (o mejor dicho, libro en mesa), que tampoco es una compañía desdeñable. Será casualidad, pero los dos que lograba alcanzar con la vita eran de auto-ayuda. Muy fáciles de distinguir, ya que cada X párrafos la letra se convertía en mayúscula con mensajes tipo "TU VALES MUCHO".
Con todos mis respetos hacia los consumidores de dicho género (y ojalá les ayude en la vida), a mi siempre me han parecido un engañabobos y un sacapasta .Debo reconocer que igual estoy negativamente influenciada porque la última ex de mi ex era adicta a ellos y una pedorra de tomo y lomo. Las pocas veces que decidía sacrificarme y tomar café con ellos, siempre tuve la impresión que mi ex salía con Bucay reconvertido en un par de buenas tetas, ya que ella no era capaz de hablar por si misma y simplemente parafraseaba a dicho escritor como los que repiten refranes sin cesar (me pregunto si creía lo que decía, a modo de secta o algo así)

Quizá no fué tan negativo comer sola, al menos dió para un blog....