Regalo

Hay mujeres veneno, mujeres imán,

Hay mujeres de fuego y helado metal,...

que decía Sabina,

y hay mujeres que encierran mundos en su sonrisa. Hay mujeres que arrasan con sólo mirarte y deshacen las nubes y atraen el sol. Hay mujeres que hablan y agrandan el mundo expandiendo en el aire el sonido veloz de una palabra que ya quiere ser pasado. Hay mujeres que juegan a cartas prendidas de una chimenea mientras humea en el aire el vapor del licor. Hay mujeres imperdibles que se enganchan y quedan. Hay mujeres que son faro y nunca reloj.

Y hay una que visita selvas protegida con un neopreno que espanta libélulas, con su iguana en el hombro y en el bolso, su secador. Una que tiene un GPS que ni se inmuta cuando lo lleva a navegar fervenzas, pero descontrola si tiene que ir de Cantabria a Bilbao. Una mujer extravagante o florida, que nunca pierde la calma, aunque la persigan las camas de los hoteles en plene rambla. Una mujer que se sabe chalá, pero se finje sensata, sólo por no reconocer que esa, la sensata, soy yo.