Parece de obligado cumplimiento el felicitarse en estas fechas. Yo confieso formar parte del grupo escéptico (y ateo), al que estas fiestas le resultan altamente consumistas e hipócritamente elevadas.
Pero como cualquier ser humano, no carezco de contradicciones (y más en cuanto a este tema se refiere).
Quizá por costumbre (que las costumbres pesan mucho...) o por anhelar que el espíritu navideño fuese lo que realmente y en esencia significa, lleno mi casa de renos y bolas de colores, canto villancicos..........y envío mis mejores deseos.
2 comentarios:
N hablaré de la marginacións del reno blanco, fiúuuuuuuuuuuuu
Me uno a esas contradiciones de las que hablas y agradezco a estas fechas el poder recibir y mandar los mejores deseos a los amigos.
Un abrazo muy fuerte.
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