Para mayor facilidad

31 julio 2010

Coco

Le cabrone, please, aparece.
I need you very mucho.
Ok … entonces déjame platicarte de mi crianza de uva de mesa.
Crianza porque casi di de mamar a cada parra.
Tengo 60 ya creciditas, de apellido petit sira y de apelativo uvas.
Acabo de comprar y sembrar otras sesenta parras corrientes, corrientes.... pero muy cumplidoras, las cuales allá por primavera próxima, si aun vivo, las injertaré de uvas de abolengo.
Además tengo alcachofas, 23 matas , todas formaditas en liones como niños de escuela antes de entrar a clases. Mi madre me enseño a cocinarlas....pero por ahora prefiero dejarlas florecer. ¡Carajo! dan un color morado, más más morado que los purpurados de allende la frontera, o sea, los ricos del vati...c...ano (porque al final a eso huelen).
Además sembré calalabacitas, cebollas, ejotes, chicharos y hierbas permitidas, hinojo, ruda, cilantro, mastuerzo, cebollines y perejil.
Tengo por ahí perdidas entre los hierbajos una de mota y un cactus de pellote.
No los fumo, pero me hacen sentir malo y eso es muy mejor ¡Ja!
Soy malvado cultivador de hierbas prohibidas.
Sabes, mi vida se ha vuelto de lo mas simple....y a gusto por ahora.
Estoy creando, o al menos esa es mi percepción. Creo vitrales y magia con los colores. Tengo una dosis de trabajo buena que me permite comprar whisky bourbon y seguir edificando mi casa.
Mis entrenados ya crecieron. Aparte de Sansón, el perro labrador negro que me prestó un amigo para que ladrara de noche, tengo dos gatas ya en edad de merecer, una negra de ojos verdes que se llama Susana como mi primera esposa (no por lo gata sino por el color de ojos) y la otra una cruza mal lograda de corriente con siamés que se llama María (por aquello de mi segunda esposa).
Y sabes algo … son igual de demandantes que ellas, a las 7 am diario chillan, chantajean y lloran por su comida.
Bueno doña eme… ojala leas esto, porque yo me divertí platicándotelo, Y sobre todo de todo, sábete pensada, muy pensada. Saboreada, como el hecho de chuparte un codo o una rodilla para probar tu esencia. Sábete imaginada de mil formas y colores…sábete querida como solo un pinche cabrón puede reconocer a alguien de su especie.

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