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¿Qué ocurre cuando viajas a un país árabe únicamente con tus dos hijas? Pues que todo chichirimundi se creé en el derecho de preguntarte por tu marido. Y cuando digo todo chichirimundi me refiero a choferes de autobuses y taxis, guías turísticos, recepcionistas y botones de hoteles, maîtres y camareros de restaurantes, conductores de camellos y burros, beduinos repartidores de te…incluso vendedores de baratijas en cualquier esquina.
En un principio, una, con total naturalidad, contesta que su marido se perdió en su día en el hiperespacio sideral.¡¡Error!! En ese momento el lugareño en cuestión insiste en sacarse una foto contigo mientras te abraza con inusual confianza.
Así que, una vez aprendida la lección, al siguiente curioso de turno, una le contesta que se ha quedado en casa trabajando (pobrecito), aunque eso no parece disuadir al susodicho.
A partir de ahí, no queda más remedio que ir buscando la respuesta adecuada: que está cuidando a los otros 7 hijos, enfermo en el hotel o, la más efectiva, en África cazando antílopes ya que le gusta recolectar posibles cornamentas y colgarlas como trofeo en el salón.
No estaría mal que las agencias de viajes, además de guías autóctonos del país en cuestión, ofrecieran maridos postizos con pinta bruto y cara de pocos amigos, para realizar apariciones estelares en los momentos precisos.
Es solo una idea………..