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Hoy tocaba enseñar una casita de alquiler en un pueblo bastante remoto a un irlandés que entró por la oficina con un carrito lleno de cosas como los indigentes.
Como suele suceder en estos casos, nunca vamos solas (que hay mucho pirao suelto), Así que ahí íbamos camino a la casa de los enanitos P, el irlandés y yo.
Mientras ella conducía yo iba interrogando al susodicho. Compositor retirado que buscaba un lugar perdido durante un año para encontrar su inspiración.
Hasta ahí todo bien. Al artista le gusta el lugar y la casa, el propietario no pone ninguna pega y al regreso solicito su pasaporte, etc… para formalizar el contrato el mes que viene ya que mañana viajaba a su país de origen.
Al echar un vistacillo al pasaporte descubro que es ciudadano del ulster, así que, para curarnos en salud (que luego una se lleva muchos sustos), nos ponemos en contacto con el inspector que de vez en cuando nos solicita los DNI de todos los que nos alquilan viviendas.
Le proporcionamos los datos y quedamos a la espera.
Al cuarto de hora recibimos su llamada: “Tengo aquí a un tal Mr. X, que no es malo, es malísimo. Buscado por la interpol”. Automáticamente ponemos el grito en el cielo. “Tranquilas, que allí hay tantos Mr. X como Manolo López en España. Pasadme su fecha de nacimiento a ver si coinciden y ahora os llamo”.
El rato de espera fue muy divertido:
Eme – “Genial, ahora a ver como le digo yo al propietario que no podemos alquilar su casa al cliente porque no va a componer canciones, sino cócteles molotov”
P- “Genial, ahora cuando llegue a casa y me pregunte mi marido que tal la tarde, le diré que nada especial, que solo he paseado por la provincia en nuestro coche a un tipo buscado por la interpol”
Por suerte la llamada fue positiva. Mr. X está limpio de polvo y paja.