Y si, yo soy de las que pienso que hay mucha sabiduría intrínseca en el refranero popular…pero siempre existe la excepción que confirma la regla, y desde luego, el que “refraneó” este desatino no pasaba por su día más lúcido.
El otro día lo comentaba con una amiga, porque hay amigos para todo: Al que le cuentas tus problemas laborales, con el que siempre estás de cachondeo, con el que filosofas sobre el destino de la humanidad…y con quien ventilas tus problemas con Cupido.
A lo que voy…P y su pareja habían ido a unas vacaciones de ensueño, en las cuales reencontró a la persona de la que se enamoró en su día, afianzando así su relación algo machacada por el día a día. Pero las vacaciones se acaban, y se regresa a la cruda realidad. Y se regresa a los problemas laborales. Y se regresa a los problemas con los hijos (aún más arduos si no son hijos de ambos, sino de relaciones anteriores). Y se regresa a la rutina….
Y me decía P: “Eme, quiero al verdadero X. Al X libre de toda carga y preocupación que le hacen ser el mismo”.
Me resultó una petición, además de errada, terriblemente ingenua. Es como desear vivir en un estado de ingravidez, y eso solo se consigue en una nave espacial. Porque el verdadero X no es el hombre con el que estuvo de vacaciones, sino el hombre que se encontró al regresar.
Claro que, como la dije, siempre puede fundir todo lo que tiene, deshacerse de los hijos y estar de vacaciones hasta que la pasta aguante….
1 comentario:
El que ideo este refrán fue el mismo de "y vivieron felices y comieron perdices"??? :D
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