
un mundo inhóspito a estrenar.
Va paso a paso, no tiene prisa, observando
los escaparates que la ofrecen
corazones a buen precio.
-”una lastima” piensa,
pues sólo busca caparazones de hierro forjado
y el precio es lo de menos,
si es necesario empeña lo que la queda de vida.
La gente que se cruza con ella saluda.
Sus voces la resultan lejanas,
y no quiere ser mal educada,
pero permanece en silencio,
hoy por hoy no los reconoce,
y siempre la dijeron que no hablara con desconocidos.
Se detiene en cada rincón de las calles,
fascinándose con cualquier tontería,
temblando de miedo con cualquier ruido
que la resulte extraño.
Camina despacio porque todo duele, incluso caminar.
Hoy es el primer día de su andadura ahí afuera... sin el.
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