Para mayor facilidad

06 marzo 2009

Sonia

Ese día, de pronto y sin proponérselo, mientras comía magdalenas en una vieja silla ,
Sonia encontró la causa de tan lenta recuperación.
El tenía un nombre demasiado común.

No le iba a decir que se lo cambiara. Ni podía. Por supuesto.
Pero eso de ver su nombre aquí y allí y pensar:
¿Será o no será? ¿Habrá escrito eso?... le irritaba.
No dejaba de ser un recordatorio de la clase de historias que el se montaba en la cabeza.
Las mismas historias que le tentaron a convertir la falta de contacto en algo definitivo.

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