
Ayer navegué interminablemente por palabras ajenas.
Me negaba a rehusar la tibieza de letras plasmadas por extraños.
Me refugié en palabras de otros.
Palabras con las cuales sonreír, en las que ampararse, en las que dolerse y vivirse.
¿Podrán ser también estas líneas un paraje reparador para insólitos viajeros?
2 comentarios:
Lo son.
Un beso, ababoll_icao.
si, lo son ....
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