
Son sus cuatro paredes. Vive en medio de ellas, rodeada de nada más que la veracidad de sus palabras.
Allá afuera la gente a veces la mira y pierde la vista, rompe su sonrisa con una mirada fría y llena de odio, un odio que todos han alimentado hacia el mero hecho de existir.
En ese lugar nadie puede tocarla, vive en un sitio en el que ella pone sus propios límites, es cerrado y nada de fuera tiene cabida.
”Estoy encerrada, maldita sea, encerrada. Pero yo me puse aquí. Yo decidí estar aquí.”¿A quien voy a culpar? ¿A quien le voy a cargar un peso que mi espalda ya llevaba antes siquiera de que me diera cuenta que estaba?"
Esta donde quería estar. Donde el mundo fue dibujado por ella, donde sus cuatro paredes la cubren y protegen.
Allá afuera la gente a veces la mira y pierde la vista, rompe su sonrisa con una mirada fría y llena de odio, un odio que todos han alimentado hacia el mero hecho de existir.
En ese lugar nadie puede tocarla, vive en un sitio en el que ella pone sus propios límites, es cerrado y nada de fuera tiene cabida.
”Estoy encerrada, maldita sea, encerrada. Pero yo me puse aquí. Yo decidí estar aquí.”¿A quien voy a culpar? ¿A quien le voy a cargar un peso que mi espalda ya llevaba antes siquiera de que me diera cuenta que estaba?"
Esta donde quería estar. Donde el mundo fue dibujado por ella, donde sus cuatro paredes la cubren y protegen.
Es donde ella quiso abrir los ojos sin separar las pestañas, el espacio que es gobernado por su retorcimiento.
¿Ahora que puede hacer? Si a quien rasguña sus piernas, si a quien la encaja su afilada y fría mandíbula, no puede encararla, porque no es otra mas que ella y su realidad.
1 comentario:
escoger....tener el corazón abierto y dejar que todos los vientos lo zarandeen.....o encerrarse tras la muralla que vacía la mirada
pero es en vano.....siempre hay grietas por las que entran el verano o la época de siega de almas
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