Y es que…hasta para estar en paro hay clases.
Hoy, desayunando con una amiga de mi mismo sector, es decir, el sector al que la crisis ha barrido(o más bien se podría decir aspirado), hablábamos de nuestra reciente experiencia de estar “en paro”.
La diferencia a la hora de ser “atendidas” en nuestras respectivas oficinas del INEM, es considerable.
Mientras ella tiene que soportar largas colas que se hacen interminables, yo suelo ser atendida en 10 minutos.
Mientras a mi me han asignado una especia de “entrenadora personal”, con la cual tengo mi cita diaria de una hora de duración para “reciclarme”, a ella ni si quiera le han informado de la existencia de esa opción.
Mientras a mí ya me han llegado tres ofertas de empleo, ella sigue esperando…
Así que, al acudir a la cita con mi “entrenadora”, la comenté la conversación mantenida durante el desayuno con el fin de aclarar el misterio.
Y si, si hay un por qué. Es todo una mera cuestión de códigos postales. Algo así como “dime que código postal tienes, y te diré quien eres…”
En resumen, que yo tengo un CP en el cual apenas hay paro y, por lo tanto, mientras en otras oficinas están rebasados, en la mía les da tiempo hasta para echarse un novio por Internet.
Así es la vida….
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