
Por más que busco en librerías, bibliotecas y puestos ambulante…no lo encuentro.
Y necesito un tratado que me diga donde tiene el punto de inflexión, para extirparle las glándulas que le hacen esquivo, que no le permiten relajar la risa, ablandar el rictus, disfrutar del regalo de la mano tendida, de la caricia y del gesto, del silencio y del cansancio recogido, del reposo.
He de encontrar y extirparle el interruptor que no le deja cerrar los ojos, y el pestillo que le mantiene en perpetua vigilia.
He de entender donde tiene el candado que le cierra el canal del suspiro, el camino del aire cálido, del sueño dulce.
Y necesito un tratado que me diga donde tiene el punto de inflexión, para extirparle las glándulas que le hacen esquivo, que no le permiten relajar la risa, ablandar el rictus, disfrutar del regalo de la mano tendida, de la caricia y del gesto, del silencio y del cansancio recogido, del reposo.
He de encontrar y extirparle el interruptor que no le deja cerrar los ojos, y el pestillo que le mantiene en perpetua vigilia.
He de entender donde tiene el candado que le cierra el canal del suspiro, el camino del aire cálido, del sueño dulce.
Necesito ese tratado…
1 comentario:
No eres la única que necesita comprender.
Un beso, niña.
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