
Que cierto es el refrán: “Nunca escupas para arriba…”, porque ahora, que me toca estar del otro lado, me he convertido en el paradigma de lo que siempre he odiado en todos mis clientes.
Por fin hoy me topé con lo que buscaba. Un edificio de unos 80 años totalmente rehabilitado en el casco antiguo de la ciudad. Cuatro alturas, techos altos, galerías en el salón, contraventanas de madera y mucha luz. Un enorme portal con una espléndida escalera de madera y…una inmensa bañera en forma de alubia (que delicia).
Ahora solo queda negociarlo como si de un zoco de Marruecos se tratase. El propietario podría ser un buen comercial, aunque un tanto arriesgado, ya que después de invitarme a un café y una buena charla en un bar cercano comentó: “Ten cuidado, con este piso y tu sonrisa, te lloverán los pretendientes”
2 comentarios:
Coincido sólo en parte con él. No creo que precisases del piso ;))
¿A quién pido tu mano?
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