
Supongo que uno de los últimos días soleados del preludio otoñal.
Sentada, desde mi terraza, con un libro, veo el mar. Viento a favor…puedo olerle cuando las ráfagas me son favorables.
Un allegro de Liszt como música de fondo, aporreado en el piano por mi hija una y otra vez.
Paz…solo interrumpida por los gritos del estadio demasiado cercano. Debe ser tarde de goles.
Nata, mi perra, acurrucada en mi regazo, tiembla, no se si la asusta el bullicio de los goles o simplemente odia el fútbol.
Pereza absoluta.
Domingo por la tarde.
1 comentario:
El fútbol, de mejor nombre balompie, es lo que tiene: encaja contodo, como el tabaco.
Se está bien ahí, por cierto que sí. Aún soportando los berridos de la forofada.
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