Para mayor facilidad

10 agosto 2008

Sonia

Eran las 8:00 de la mañana cuando el teléfono despertó a Sonia. Los timbrazos implacables la obligaron a desperezarse y contestar.
-¿Si? Y una voz contestó.
-Sonríe. Sonia colgó con cierto susto. Había reconocido su voz. Pasada la incertidumbre, se alegro mucho, y sonrió todo el día. Pensaba que la hablaba El.
Había sido una sonrisa franca, de esas que valen la vida, de esas que te alegran la existencia.
El tiempo de ese día para Sonia no fue tiempo, fue flotar, fue sueño. La había hablado, la había dicho que sonriera.
Durmió pensando en El. Y se durmió, arrullada en sus palabras añejas.
Al día siguiente, Sonia se despertó temprano, esperando su llamada.
Y esta llego, puntual, a las 8:00 de la mañana, y dijo:
-Sonríe.Y ella colgó plena de felicidad.
"Mañana tendré valor", se dijo. Valor para contestarle, decirle algo, aunque solo sea un simple gracias.
Así que espero su llamada, a las 8:00. Y puntualmente, como un reloj:
-Sonríe.
-Hola... comenzaba a decir Sonia, cuando su voz la interrumpió.
-Son las ocho horas, cero minutos. Este es el servició de despertador inteligente de Telefónica. No dejes de sonreír, hoy es tu día.
Sonia colgó, dándose de baja en el servicio....y en sus esperanzas.

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