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Ayer charlaba con una amiga de esas que siempre lo serán aunque pasen meses sin que tengamos contacto la una con la otra. Durante la conversación, y entre café y café, nos íbamos poniendo al día de lo que había acontecido en nuestras vidas desde nuestro último encuentro. Estaba contenta, más bien entusiasmada, mientras me comentaba que tenía una relación estable hacía unos meses. Uff….menuda palabreja esa de “estable”. Realmente nuestro querido idioma tiene ese tipo de palabras irreales y engañosas que a saber que mente malévola las inventó en su día. Palabras como “estable”, “nunca”, “jamás”, “siempre”, “eterno”… El caso es que le pregunté:- ¿Y cómo sabes que es estable? ¿Cuándo una relación se considera estable? ¿Es a partir de un cierto periodo de tiempo o del polvote número 100? ¿Cuando hay ciertos planes de futuro en común? ¿Con planear unas vacaciones vale o tiene que ser algo más serio? ¿Es cuando conoces a su querida madre o cuando te encuentras un día planchando una de sus camisas? Se admiten sugerencias….